Hosco espíritu, otrora de la lucha prendado,
la Esperanza, que ayer aguijaba tu ardor,
¡Ya no quiere espolearte! Échate sin pudor,
viejo rocín que en todo escollo has tropezado.
Resígnate, alma mía; duerme un sueño pesado.
¡Para ti ya no cuentan, viejo merodeador,
ni el amor ni el combate, espíritu burlado!
¡Adiós cantos de cobre y pífano hechizado!
¡No tenéis más, placeres, a un alma sin calor!
¡La Primavera dulce ha perdido su olor!
Y el Tiempo que devora segundo por segundo,
como la nieve inmensa a un cuerpo ya sin vida;
contemplo desde lo alto la redondez del mundo,
¡Y ya en él ni una cueva puede darme guarida!
Avalancha, ¿me quieres llevar en tu caída?
Las Flores del Mal -1857
Traducción de Nydia Lamarque
martes, 8 de junio de 2010
La afición a la nada (Charles Baudelaire) Las Flores del Mal
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