jueves, 14 de julio de 2011

Última lectura - Raúl Porras Barrenechea - Pequeña antología de Lima y El nombre del Perú

Acabo de leer un libro que me gustó mucho, se trata de PEQUEÑA ANTOLOGÍA DE LIMA / EL NOMBRE DEL PERÚ, de Raúl Porras Barrenechea. Ha sido un mes y medio de lectura agradable, y en esta opinión pesa el hecho de que haya leído antes PEREGRINACIONES DE UNA PARIA, de Flora Tristán, y ambas lecturas significaron para mí, un agradable y crítico viaje hacia la Lima colonial y republicana por un lado; y hacia el análisis de la sociedad aristocrática por el otro.

El ensayo de Raúl Porras Barrenechea sobre Lima es de lectura agradable, porque presenta entre datos históricos, aportes de distintos cronistas, tradiciones de Ricardo Palma, sumados a algunos poemas que intentan crear el ambiente de toda una época; algo que resulta ciertamente placentero.

Una de las cosas que pueden interesar al lector, es por ejemplo, aquella triología que incluye la compositora Chabuca Granda en su canción "La Flor de la Canela", cuando ella se refiere al Puente (hablando del puente de piedra), el río (Rimac), y la "Alameda" (de los descalzos). Son estos tres lugares los más significativos de la Lima de antaño que el autor incluye dentro de su descripción de Lima y que la compositora usa en la canción cuando dice:

Déjame que te cuente, limeña
déjame que te diga la gloria
del ensueño que evoca la memoria
del viejo puente, del río y la alameda...

Tuve conocimiento de esta inclusión cuando Chabuca Granda fue entrevistada en España, por Soler Serrano en el programa "A Fondo" transmitido por la cadena TVE. En aquella entrevista Chabuca le cuenta al conductor que aquella frase se le vino a la mente después de haberla leído precisamente a Raúl Porras Barrenechea.

Además de este dato podemos encontrar otros más, por ejemplo una frase del historiador Vicuña Mackenna cuando al referirse a la Lima colonial dice "la primera ciudad de Sudamérica y la segunda de España, si no lo era más todavía".

También se refiere a los diferentes movimientos telúricos que azotaron la ciudad y que, pienso yo, fue una de las principales razones de que la población limeña se haga tan religiosa cuando dice el autor "Castizos colaboradores de la inquisición fueron los temblores". También se señala que los nativos limeños tenían un alivio religioso en el Señor de Pachacamac, deidad india de los terremotos. Con esto también concluyo de que ciertamente el entorno puede influir en el comportamiento de toda una comunidad.

Quienes desean saber quién fue el primer alcalde de Lima al fundarse la ciudad, aquí les dejo el dato, fue el nobilísimo alférez Don Nicolás de Ribera, "el Viejo", uno de los del Gallo (la isla).

Sobre el origen de la "tapada" limeña (en traje de saya y manto), no hay un dato claro sobre el origen de esta, pero se da a entender que se trata de la religiosidad de la mujer limeña la que propició el surgimiento este curioso traje, que lindaba entre lo seductor y lo puritano. Acerca de los entretelones del uso de esta vestimenta hay muchos datos de cronistas bastante anecdóticos, que en la cotidianeidad suscitaban distintas leyendas, por ejemplo, que esta vestimenta otorgaba mucha libertad a quien la usaba puesto que era imposible identificar a la mujer que iba dentro el traje, de manera que el anonimato resultaba muy permisivo. Algo que me parece curioso, y que me perdonen las mujeres de Lima, pero encuentro en este libro, en los aportes de distintos cronistas, y también en mi lectura de "Peregrinaciones de una Paria" la alusión hacia el materialismo de la mujer Limeña, dada a los regalos para acceder a las galanterías de los pretendientes, esto es algo que pienso, aún persiste aunque en menor grado, en la limeña de ahora.

Mención aparte merece algo que es más personal, y es que siempre he sido afín a los pies pequeños y muy bien cuidados; curiosamente señalan los distintos viajeros que pisaron Lima en los siglos XVI, XVII y XVIII, que los pies de las limeñas son pequeñísimos y muy bien cuidados, comparables con las geishas. Encuentro curioso porque siempre me dicen que esto puede significar un fetiche, pero ahora, con estos datos puedo defenderme invocando a Jung y su teoría de los arquetipos. Al respecto nos cuenta Don Ricardo Palma:

Con una rica media
y un buen zapato
siempre harán las limeñas
pecar a un beato.

Sobre los nacimientos navideños, tan prolíficos en nuestra ciudad nos cuenta el viajero Max Rediguet, quien fuera secretario del Almirante francés Du Petit Thouars, allá por el año 1844: "Los autores de estos nacimientos son verdaderos artistas populares, entre los que se entabla una lucha de imaginación, de ingenuidad y a veces hasta de erudición. Entre los diversos barrios de la ciudad hay rivalidades de nacimientos. Unos son ricos, otros más completos, otros de más ingeniosa invención."

En fin, sobre Lima hay tantos y tan buenos datos que Raúl Porras Barrenechea nos aporta, que sería una necedad anotarlos todos aquí. Sobre el nombre del Perú se relatan una serie de versiones dentro de las que destaca un debate realizado en una conferencia que se celebró en Lima en el año 1951 denominada "Primer Congreso Internacional de Peruanistas", en el que participa el autor junto al afamado etnólogo francés Paul Rivet, y en él hay un aporte del mismo muy interesante sobre el origen del nombre del Perú, en el cual señala que en el río Patia, existe una voz PI-LU, perteneciente a la lengua barbacoa, que significa "aguada" o "río". Esto se concierta, curiosamente con la afirmación del cronista Blas Valera, trasmitida por Garcilaso, de que la voz Perú provenía de una palabra indígena PELU, que significa río. Además de esto Paul Rivet afirma que en Panamá ya se conocía la existencia del Imperio Inca ya que muchas naves incas comerciaban con distintos territorios del Caribe y México. Esto lo deduce puesto que en muchos lugares de México existían técnicas incas para trabajar los metales.

Bueno, este libro es muy bueno y creo que muchos disfrutarán su lectura informándose con datos no muy conocidos y aportes que el catedrático, historiador, ensayista y senador Raúl Porras Barrenechea entrega al lector; y que no deberíamos desaprovechar.