hay ojos de virtud y ojos de cielo;
ojos para el amor, para el consuelo,
como también para el recuerdo hay ojos.
Ojos que riman con los labios rojos;
ojos de inspiración; ojos de cielo,
ojos con suavidad de terciopelo,
y ojos que saben resumir antojos.
Mas yo sé de unos ojos en que brilla
una casta y preciosa maravilla,
ojos de como luceros de cocuyos...
Mas vas a preguntar: ¿De quién son ellos?
Oye: ¡Esos ojos que encontré tan bellos,
no lo digas a nadie: son los tuyos.
La palabra "cocuyo" a que se refiere el poeta panameño es en referencia a un insecto del orden de los coleópteros, también conocido como luciérnaga que habita en las zonas de América Central, que producen luminiscencias. En algunos la luminiscencia es azul y en otros amarilla. De esto último aún no estoy muy seguro.
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