tigre adorado, monstruo de indolencia;
quiero sumir mis dedos temblorosos
por largo tiemo entre tu crin espesa.
En tus faldas, que colma tu perfume,
amortajar mi testa dolorida,
y de mi amor cadáver el relente
respirar, como el de una flor marchita.
¡Quiero dormir! ¡Dormir y no vivir!
Es un letargo cual la muerte ambiguo,
imprimiré mis besos sin reparo
sobre tu cuerpo, como el cobre, liso.
Para ahogar mi sollozo apaciguado
nada iguala el abismo de tu lecho;
en tu boca el potente olvido habita,
y fluye de tus besos el Leteo.
Desde hoy, con delicia he de entregarme
como un predestinado a mi destino;
mártir dócil, sin culpa condenado,
cuyo fervor atiza su martirio.
Y el nepentes y la buena cicuta
succionaré para ahogar mi rencor,
del pezón dulce de ese agudo seno
que nunca ha contenido un corazón.
Las Flores del Mal -1857
Traducción de Nydia Lamarque
El Leteo en la mitología griega es un río del Hades cuyas aguas, al beberlas provocaban olvido.
La crin, como saben es la cabellera del caballo.
El nepente es una planta curativa, pero también en la mitología griega se creía que esta planta producía olvido.
La cicuta como saben es un veneno famoso porque fue la que mató a Sócrates cuando fue acusado de no adorar a los dioses.
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