Hace un par de semanas que terminé de leer el libro, pero no hice entrada alguna porque no quería interrumpir las entradas del poemario que leí hace mucho. No puedo agregar aquí capítulos ni develar la itinerario del libro ya que estaría revelando la trama de la novela, pero me voy a permitir analizar los puntos buenos y malos del libro. Que en resumen, es una novela muy interesante, donde el autor, definitivamente sabe mantener la expectativa.
Quiero comenzar con lo malo o los desaciertos de la novela, para que no suene a mala saña; La sombra del viento llegó a mis manos gracias al trámite de una persona a quien quiero mucho, así que tampoco quiero terminar la entrada de manera agria.
En primer lugar, hay una contradicción en la carta que escribe uno de los personajes. Penélope, le envía una misiva a Julián Carax diciéndole entre otras cosas que un amigo en común, Miquel, le contó que Julián había dejado de amarla; cosa que es sin duda un desliz, puesto que continuando con la trama es Miquel una suerte de mesenas del romance entre ambos. Trato de pensar en el porqué del error y pienso que el autor, quizá, al escribir la novela intentó una variante en la trama, cosa que al parecer se arrepintió, dejando a la vista este pequeño cabo suelto. Es algo que resulta lógico, con un entramado tan enmarañado es normal que uno se tope con estos pequeños cabos sueltos; es al contrario, un mérito la existencia de tan sólo uno. Por lo menos uno que me he percatado.
En segundo lugar, la madre de uno de los personajes termina su vida en Caracas, se mencionan unas tres o cuatro veces esta ciudad como último paradero del personaje. Pero luego, cuando se hace mención al paradero del personaje diciendo que termina su vida en Bolivia, como si se tratara del país cuya capital es Caracas. Este error encuentro gravísimo, sobre todo al ver que el ejemplar que tengo en mis manos pertenece a la 72ª edición de la novela por editorial planeta. Un error tan visible... alguien debió haberse percatado. Pienso y pienso en la posibilidad de que constituya un error de imprenta, pero lo dudo; generalmente los errores de imprenta suelen variar letras de palabras, o en palabras homófanas.
En tercer lugar, el uso desmedido del verbo "reptar"; sin duda alguna al autor le gustó mucho el verbo, pero al parecer a la vista de Carlos Ruiz Zafón, Barcelona es una ciudad reptiliana. Acuso esto como un error porque desvirtúa la descripción de los hechos o acciones de los personajes.
Existen otras cosas que quizá puedan ser rebatibles, como por ejemplo decir "... una neblina gelatinosa" ¿Neblina gelatinosa? no sé, intento digerirlo pero se me hace muy difícil. Quizá los saltos de trama en trama, dado el enmarañado de historias que confluyen que no bien dejan acomodarse al lector. Y etcétera.
Ahora lo bueno. Para comenzar: "72ª edición". Vaya, eso tiene que ser algo muy bueno; volcar a tantísima gente a algo tan poco usual como la lectura, tiene que ser sin duda alguna un mérito del autor.
El cuidado que ha tenido el autor para ser lo más prolijo posible en tan enrevesada historia, es sin duda alguna un mérito poco usual en muchos escritores. Es un trabajo sumamente laborioso tener que revisar una y otra vez para conseguir que el lector no se pierda o aburra en el entramado colectivo de los personajes.
Y lo mismo, tener la pericia suficiente para meter al lector en la historia, que tiene muchos aspectos qué resaltar, como la bibliofilia de los personajes, los secretos que poco a poco van saliendo a la luz, mientras el lector va quedando en vilo, esperando por el siguiente secreto por develar.
Construir un personaje como Fermín Romero de Torres, sin duda el personaje que se lleva el palmares, y que le da tanta vida a la historia, no por sus acciones, sino por su vivacidad verbal. Cada incursión de este personaje condimenta muy bien la historia y sin lugar a duda el autor lo utiliza diestramente para continuar con la historia.
Puedo pensar en que los personajes son algo lineales, que todos tienen demasiado en común, que sus rasgos no están muy definidos; o que la historia no es otra cosa que el uso de una trama muy simple, el pobre y la mujer acaudalada, el feo hasta los huesos y la hermosa hasta el alma, la bestia y la bella, Quasimodo y Esmeralda, Romeo y Julieta; es sin duda una receta de sumo éxito, el amor imposible como "el amor en los tiempos del cólera", el anodino que conquista a la hermosa. Pero hay muchas historias que contando con esas recetas no llegan a mucho. Es lo que Vargas Llosa llama la verdad de la mentira, la ficción es una mentira, que opera como verdad cuando el escritor saber convencer al lector haciéndole creer que se trata de una verdad.
Algo que me sucedió, y que no puedo dejar de mencionar es cómo sentí nostalgia al terminar de leerlo, el pensar que el mundo de los Sempere, los Aldaya, los Caráx había concluído; síntoma inequívoco de que el libro, logró su cometido.
No tengo más que agradecer a quien me facilitó el libro, por regalarme una nueva aventura a mi retahíla de historias que disfruto tan bien en mi auto inducida reclusión lectora.
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