Siempre, más allá de tus hombros veo el mundo
chispea bajo los temporales
es un pedazo de madera podrida, un farol viejo
que alguien menea como a contracorriente.
El mundo que nuestros cuerpos
(que nuestra soledad) no pueden abolir,
un siglo de zapadores y hombres
ranas debajo de tu almohada,
en el lugar en el que tus hombros
se hacen más tibios y más frágiles.
Siempre, más allá de tus hombros
(es algo que ya nunca podremos evitar)
hay una lista de desaparecidos,
hay una aldea destruida;
ha un niño que tiembla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario