miércoles, 31 de marzo de 2010

Perú y Chile (Manuel González Prada)

Perú acababa de perder la Guerra del Pacífico, y cabe aclarar que las opiniones de González Prada aquí son en el contexto del resentimiento y la frustración de saberse derrotado, con la herida aún sangrante, y con el corazón consternado por los hermanos cautivos, encontramos aquí, en la elocuencia de sus palabras, los vicios y taras que debimos -y quizá debemos- tener en cuenta para salir del pozo en que nos encontrábamos.

Es precioso señalar que los párrafos aquí, son los que a mi parecer no pierden aún vigencia o acaso, los que más sentido común acusan.

El perjuicio causado por nuestro vencedor no está en los asesinatos, en las devastaciones ni en las rapiñas: está en lo que nos deja y nos enseña.

Chile se lleva el guano, salitre, y largos jirones de territorios; pero nos deja el amilanamiento, la pequeñez de espíritu, la conformidad con la derrota y el tedio de vivir honesta y honradamente. Se nota ánimos apatía que subleva, pereza que produce rabia, envilecimiento que mueve a naúseas.

De loco debe tacharse el pueblo que para robustecerse no abriga más esperanza que la debilitación de los pueblos limítrofes. ver encorvarse al vecino ¿Equivale a crecer nosotros? Ver sangrar a un enemigo ¿Da una gota de sangre a nuestras venas?

El hombre que nos deslumbra con su generosidad o se heroísmo, descubre las virtudes incubadas lentamente al calo de una buena educación.

Nada tan hermoso como derribar fronteras y destruir el sentimiento egoísta de las nacionalidades para hacer de la Tierra un sólo pueblo y de la humanidad una sola familia... Pero, mientras llega la hora de la paz universal, mientras vivimos en una comarca de corderos y lobos, hay que estar prevenidos para mostrarse corderos con el cordero y lobos con el lobo.

Tanto debe el hombre al país en que nace, como el árbol al terreno en que arraiga.
Nada tan cobarde como la generación que paga sus deudas endosándolas a las generaciones futuras.
La evolución salvadora se verificará por movimiento simultáneo del organismo social, no por simple iniciativa de los mandatarios. ¿Por qué aguardar todo de arriba? La desconfianza en nosotros mismos, el pernicioso sistema de centralizar todo en manos del Gobierno, la manía de someternos humildemente al impulso de la capital, influyeron desastrosamente en la fortuna del país. Especie de ciegos acostumbrados al lazarillo, quedamos inmóviles al sentirnos solos.
Digan lo que digan ilusos y sentimentales, quien vence, vence. El vencedor, aunque pulverice al vencido y cometa delitos de lesa humanidad, deslumbra y seduce al mundo. En la mascarada de la historia, todo crimen con la aureola del buen éxito se conquista el nombre de virtud.
Mientras se desgalgue la segunda invasión, atengámonos a ver todas nuestras cuestiones financieras o internacionales la solapada intervención de Chile, cuando no la ingerencia escandalosa y las órdenes conminatorias.
No estoy seguro del último párrafo, a ver la situación actual caigo en cuenta que Chile ya no busca una invasión belicista, los tiempos han cambiado, y los sentimientos de revancha por nuestra parte ya menguaron casi en su totalidad. Así la nación chilena ya no tiene la guardia en alto, y no prepara una segunda invasión, o quizá ya la logró acomodándola a los canones actuales. Después de todo, una nación no busca desaparecer a otra, pero si busca sacar provecho de quien siempre está descuidado.

lunes, 29 de marzo de 2010

Discurso en el Politeama (Manuel González Prada) 1888

Señores:
Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro. La fiesta que presenciamos tiene mucho de patriotismo y algo de ironía: El niño quiere rescatar con el oro lo que el hombre no supo defender con el hierro.
Los viejos deben temblar ante los niños, porque la generación que se levanta es siempre acusadora y juez de la generación que desciende. De aquí, de estos grupos alegres y bulliciosos, saldrá el pensador austero y taciturno; de aquí, el poeta que fulmine las estrofas de acero retemplado; de aquí, el historiador que marque la frente del culpable con un sello de indeleble ignominia.
Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni vernganzas más justas que satisfacer.
En la orgía de la época independiente, vuestros antepasados bebieron el vino generoso y dejaron las heces. Siendo superiores a vuestros padres, tendréis derecho para escribir el bochornoso pitafio de una generación que se va, manchada con la guerra civil de medio siglo, con la quiebra fraudulenta y con la mutilación del territorio nacional.
Si en estos momentos fuera oportuno recordar vergüenzas y renovar dolores, no acusaríamos a unos ni disculparíamos a otros. ¿Quién puede arrojar la primera piedra?
La mano brutal de Chile despedazó nuestra carne y machacó nuestros huesos; pero los verdaderos vencedores, las armas del enemigo, fueron nuestra ignorancia y nuestro espíritu de servidumbre.

II

Sin especialistas, o más bien dicho, con aficionados que presumían de omniscientes, vivimos de ensayo en ensayo: ensayos de aficionados en diplomacia, ensayos de aficionados en economía política, ensayos de aficionados en legislación y hasta ensayos de aficionados en tácticas y estrategias. El Perú fue cuerpo vivo, expuesto sobre el mármol de un anfiteatro, para sufrir las amputaciones de cirujanos que tenían ojos con cataratas seniles y manos con temblores de paralítico, Vimos al abogado dirigir la hacienda pública, el médico emprender obras de ingeniatura, al teólogo fantasear sobre política interior, al marino decretar en administración de justicia, al comerciante mandar cuerpos de ejército... ¡Cuánto no vimos en esa fermentación tumultuosa de todas las mediocridades, en esas vertiginosas apariciones y desapariciones de figuras sin consistencia de hombre, en ese continuo cambio de papeles, en esa Babel, en fin, donde la ignorancia vanidosa y vocinglera se sobrepuso siempre al saber humilde y silencioso!
Con las muchedumbres libres aunque indisciplinadas de la Revolución, Francia marchó a la victoria; con los ejércitos de indios disciplinados y sin libertad, el Perú irá siempre a la derrota. Si del indio hicimos un siervo, ¿Qué patria defenderá? Como el siervo de la Edad Media, solo combatirá por el señor feudal.
Y, aunque sea duro y hasta cruel repetirlo aquí, no imaginéis, señores, que el espíritu de servidumbre sea peculiar a solo el indio de la puna: tambíen los mestizos de la costa recordamos tener en nuestras venas sangre de los súbditos de Felipe II mezclada con sangre de los súbditos de Huayna Cápac. Nuestra columna vertebral tiene a inclinarse.
La nobleza española dejó su descendencia degenerada y despilfarradora: el vencedor de la Independencia legó su prole militares y oficinistas. A sembrar trigo y extraer el metal, la juventud de la generación pasada prefirió atrofiar el cerebro en las cuadras de los cuarteles y apergaminar la piel en las oficinas del estado. Los hombres aptos para las rudas labores del campo y de la mina buscaron el manjar caído del festín de los gobiernos, ejercieron una insaciable succión en los jugos del erario nacional y sobrepusieron el caudillo que daba el pan y los honores a la patria que exigía el otro y los sacrificios. Por eso, aunque siempre existieron en el Perú liberales y conservadores, nunca hubo un verdadero partido liberal ni un verdadero partido conservador, sino tres grandes divisiones: los gobernistas, los conspiradores y los indiferentes por egoísmo, imbecilidad o desengaño. Por eso, en el momento supremo de la lucha, no fuimos contra el enemigo un coloso de bronce, sino una agrupación de limaduras de plomo; no una patria unida y fuerte, sino una serie de individuos atraídos por el espíritu de bandería. Por eso, cuando el más oscuro soldado invasor no tenía en sus labios más nombre que Chile, nosotros, desde el primer general hasta el último recluta, repetíamos el nombre del caudillo, éramos siervos de la Edad Media que invocábamos al señor feudal.
Indios de punas y serranías, mestizos de la costa, todos fuimos ignorantes y siervos; y no vencimos ni podíamos vencer.
III

Si la ignorancia de los gobernantes y la servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores, acudamos a la ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar la tiranía de la naturaleza, adoremos la Libertad, esa madre engendradora de hombres fuertes.
No hablo, señores, de la ciencia modificada que va reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrógradas: hablo de la ciencia robustecida con la sangre del siglo, de la ciencia con ideas de radio gigantesco, de la ciencia que trasciende a juventud y sabe a miel de panales griegos, de la ciencia positiva que en un solo siglo de aplicaciones industriales produjo más bienes a la humanidad que milenios enteros de teología y metafísica.
Hablo señores de la libertad para todos, y principalmente para los más desvalidos, No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico y los Andes; la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminadas en la banda oriental de la cordillera. Trescientos años ha que el indio rastrea en las capas inferiores de la civilización, siendo un híbrido con los vicios del bárbaro y sin las virtudes del europeo: enseñadle siquiera a leer y escribir, y veréis si en un cuarto de siglo se levanta o no a la dignidad de hombre. A vosotros, maestros de escuela, toca galvanizar una raza que se adormece bajo la tiranía embrutecedora del indio.
Cuando tengamos pueblo sin espíritu de servidumbre, y políticos a la altura del siglo, recuperaremos Arica y Tacna, y entonces y solo entonces marcharemos sobre Iquique y Tarapacá, daremos el golpe decisivo, primero y último.
Para ese gran día, que al fin llegará porque el porvenir nos debe una victoria, fiemos solo en la luz de nuestro cerebro y en la fuerza de nuestros brazos. Pasaron los tiempos en que únicamente el valor decidía de los combates: hoy la guerra es un problema, la ciencia resuelve la ecuación. Abandonemos el romanticismo internacional y la fe en los auxilios sobrehumanos: la tierra escarnece a los vencidos, y el cielo no tiene rayos para el verdugo. En esta obra de reconstitución y venganza no contemos con los hombres del pasado: los troncos añosos y carcomidos produjeron ya sus flores de aroma deletéreo y sus frutas de sabor amargo. ¡Qué vengan árboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!
IV

¿Por qué desesperar? No hemos venido aquí para derramar lágrimas sobre las ruinas de una segunda Jerusalén, sino a fortalecernos con la esperanza. Dejemos a Boadbill llorar como mujer, nosotros esperemos como hombres.
Nunca menos que ahora conviene el abatimiento del ánimo cobarde ni las quejas del pecho sin virilidad: hoy que Tacna rompe su silencio y nos envía el recuerdo del hermano cautivo al hermano libre, elevémonos unas cuantas pulgadas sobre el fango de las ambiciones personales, y a las palabras de amor y esperanza respondamos con palabras de aliento y fraternidad.
¿Por qué desalentarse? Nuestro clima, nuestro suelo ¿son acaso los últimos del universo? En la tierra no hay oro para adquirir las riquezas que debe producir una sola primavera del PErú. ¿Acaso nuestro cerebro tiene la forma rudimentaria de los cerebros hotentotes, o nuestra carne fue amasada con el barro de Sodoma? Nuestros pueblos de la sierra son hombres amodorrados, no estatuas petrificadas.
No carece nuestra raza de electricidad en los nervios ni de fósforo en el cerebro; nos falta, si, consistencia en el músculo y hierro en la sangre. Anémicos y nerviosos, no sabemos amar ni odiar con firmeza.
Versátiles en política, amamos hoy a un caudillo hasta sacrificar nuestros derechos en aras de la dictadura; y le odiamos mañana hasta derribarle y hundirle bajo un aluvión de lodo y sangre. Sin paciencia de aguradar el bien, exigimos improvisar lo que es obra de la incubación tardía, queremos que un hombre repare en un día las faltas de cuatro generaciones. La historia de los gobiernos del Perú cabe en tres palabras: imbecilidad en acción; pero la vida toda del pueblo se resume en otras tres: versatilidad en movimiento.
Si somos versátiles en amor, no lo somos menos en odio: el puñal está penetrando en nuestras entrañas y ya perdonamos al asesino. Alquien ha talado nuestros campos y quemado nuestras ciudades y mutilado nuestro territorio y asaltado nuestras riquezas y convertido el país entero en ruinas de un cementerio; pues bien, señores, ese alguien a quien jurábamos rencor eterno y venganza implacable, empieza a ser contado en el número de nutrso amigos, no es aborrecido por nosotros con todo el fuergo de la sangre, con toda la cólera del corazón.
Ya que hipocresía y mentira forman los polos de la diplomacia, dejemos a los gobiernos mentir hipócritamente jurándose amistad y olvido. Nosotros, hombres libres reunidos aquí para escuchar palabras de lealtad y franqueza, nosotros que no tenemos explicaciones ni respetamos susceptibilidades, nosotros levantemos la voz para enderezar el esqueleto de estas muchedumbres encorvadas, hagamos por oxigenar esta atmósfera viciada con la respiración de tantos organismos infectos, y lancemos una chispa que inflame en el corazón del pueblo el fuego para amar con firmeza todo lo que se debe amar, y para odiar con firmeza también todo lo que se debe odiar
¡Ojalá, señores, la lección dada hoy por los colegios libres de Lima halle ejemplo en los más humildes caseríos de la República! ¡Ojalá todas las frases repetidas en fiestas semejantes no sean melifluas alocuciones destinadas a morir entre las paredes de un teatro, sino rudos martillazos que retumben por todos los ámbitos del país! ¡Ojalá cada una de mis palabras se convierta en trueno que repercuta en el corazón de todos los peruanos y despierte los dos sentimientos capaces de regenerarnos y salvarnos: el amor a la patria y el odio a Chile! Coloquemos nuestra mano sobre el pecho, el corazón nos dirá si debemos aborrecerle...
Si el odio injusto pierde a los individuos, el odio justo salva siempre a las naciones. Por el odio a Prusia, hoy Francia es poderosa como nunca. Cuando París vencido se agita, Berlín vencedor se pone de pie.
Todos los días, a cada momento, edmiramos las proezas de los hombres que triunfaron en las llanuras de Maratón o se hicieron matar en los desfiladeros de las Termópilas; y bien, "la grandeza moral de los antiguos helenos consistía en el amor constante a sus amigos y en el odio inmutable a sus enemigos". No fomentemos, pues, en nosotros mismos los sentimientos anodinos del guardador de serrallos, sino las pasiones formidables del hombre nacido para engendrar a los futuros vengadores. No diga el mundo que el recuerdo de la injuria se borró de nuestra memoria antes que desapareciera de nuestras espaldas la roncha levantada por el látigo chileno.
Verdad, hoy nada podemos, somos impotentes; pero aticemos el rencor, revolvámonos en nuestro despecho como la fiera se revuelca en las espinas; y si no tenemos garras para desgarrar ni dientes para morder, ¡que siquiera los mal apagados rugidos de nuestra cólera viril vayan de cuando en cuando a turbar el sueño del orgulloso vencedor!

sábado, 27 de marzo de 2010

Sobre la identidad latinoamericana en la literatura -Conferencia en el Ateneo de Lima (Manuel González Prada)

"... Las lenguas americanas nos proveen de neologismos que usamos con derecho, por no tener equivalentes en castellano, por expresar ideas exclusivamente nuestras, por nombrar cosas íntimamente relacionadas con nuestra vida. Hasta en la pronunciación ¡Cuánto hemos cambiado! Tendemos a eludir la n en la partícula trans, y a cambiar por s la x de la preposición latina ex, antes de consonante, en principio de vocablo. Señores, el que habla en este momento ¿Qué sería en una academia de Madrid? Casi un bárbaro, que pronuncia la Ll como la y, confunde la b con la v y no distingue la s de la z ni de la c en sus sonidos suaves.
Cien causas actúan sobre nosotros para diferenciarnos de nuestros padres: sigamos el empuje, marchemos hacia donde el siglo nos impele."
"¡Qué nuestros pensadores, en lugar de afeminarse o enervarse con la prosa cortesana y enfermiza, usen la prosa leal y sana, prefiriendo al crepúsculo de las sectas, el día sin nubes de la razón, viendo más allá del círculo estrecho de familia y patria el horizonte de humanidad!"
"La inteligencia no tiene por qué abdicar ante la fuerza; por el contrario, la voz del hombre razonable y culto debe ser un correctivo a la obra perniciosa de cerebros rudimentarios.
La patria, que nos da el agua de sus ríos y los frutos de sus campos, tiene derecho a saber el empleo de nuestros brazos y la consagración de nuestra inteligencia."

viernes, 26 de marzo de 2010

Sobre la calidad de la prosa -Conferencia en el Ateneo de Lima (Manuel González Prada)

"En el orden físico, lo muy pequeño escapa de los cataclismos merced a su organización tenaz y relativamente perfecta, y en literatura, lo muy corto y muy bueno vive mucho, Donde perecen la historia y el poema, se salvan el cuento y la oda. Las producciones diminutas exigen un pensamiento original y un estilo en armonía con el asunto: la forma da el mérito: no olvidemos que solo por la forma, el carbón se llama unas veces carbón y otras veces diamante."
"La improvisación pertenece a tribuna y diario. A oradores y periodistas se le tolera el atropellamiento de ideas, la escabrosidad en estilo y hasta la indisciplina gramatical. Verdad que en lo improvisado se cristaliza muchas veces lo mejor y más original de nuestro ingenio, algo como la secreción espontánea de la goma en el árbol; pero, acostrumbrándonos al trabajo incorrecto y precipitado, nos volvemos incapaces de componer obras destinadas a vivir. Lo que poco cuesta, poco dura. Los libros que admiran y deleitan a la humanidad fueron pensados y escritos en largas horas de soledad y recogimiento, costaron a sus autores el hierro de la sangre y el fósforo del cerebro."
"No imaginéis, señores, que se desea preconizar la prosa anémica, desmayada y heteróclita, que toma lo ficticio por natural, el énfasis por magnificencia, la obesidad por robustez; la prosa de inversiones violentas, de exhumaciones arcaicas y de purismos seniles; la prosa de relativos entre relativos, de accidentes que modifican accidentes y de periodos inconmensurables y sin unidad: la prosa inventada por académicos españoles que tienden a resucitar la volapuk de la época terciaria; la prosa imitada por "correspondientes" americanos que en Venezuela y Colombia están modificando valerosa y progresiva lengua castellana."
"Quien escribe hoy y desea vivir mañana debe pertenecer al día, a la hora, al momento en que maneja la pluma. Si un autor sale de su tiempo, ha de ser para adivinar las cosas futuras, no para desenterrar ideas y palabras muertas."
"El escritor ha de hablar como todos hablamos, no como un Apolo que pronuncia oráculos anfibológicos ni como una esfinge que propone enigmas indescifrables."

martes, 16 de marzo de 2010

Sobre la imitación -Conferencia en el Ateneo de Lima (Manuel González Prada)

Aquí comienzan los apuntes en referencia a la lectura de Pájinas Libres, de Manuel González Prada. Libro a modo de antología que reúne algunos discursos y conferencias públicas. Si se preguntan por qué el uso de la "J" en la palabra pájinas es por el intento de transmitir la rebeldía y renuencia del autor hacia ciertas reglas en el idioma, inclusive dentro del libro el autor utiliza la "I" en lugar de usar la conjunción "Y", afianzando su rebelde pocisión.
A continuación, un fragmento del discurso de Manuel González Prada en el Ateneo de Lima a propósito de la imitación.
"...No solo hay el genio que inventa y el ingenio que rejuvenece y explota lo inventado; abunda la mediocridad que remeda o copia. ¡Cuánta mala epopeya originaron la Iliada y la Odisea! ¡Cuánta mala tragedia las obras de Sófocles y Eurípides! ¡Cuánta mala canción las odas de Píndaro y Horacio! ¡Cuánta mala égloga las pastorales de Teócrito y Virgilio! Todo lo bueno, todo lo grande, todo lo bello, fue maleado, empequeñecido y afeado por imitadores incipientes."
Y más adelante añade:
"Imitar equivale a moverse y fatigarse en el vagón de un ferrocarril: nos imaginamos realizar mucho y no hacemos más que seguir el impulso del motor"
Luego hace una severa crítica hacia la literatura nacional acuñándola de imitadora:
"En literatura, como en todo, el Perú vivió siempre de la imitación. Ayer imitamos a Quintana, Espronceda, Zorrilla, Campoamor, Trueba, y hoy continuamos la serie de imitaciones con Heine y Bécquer en el verso, con Catalina y Selgas en la prosa. Como Bécquer escribió composiciones poéticas de cortísimo aliento, y Selgas artículos no muy largos en frases diminutas y algo bíblicas, va cundiendo en el Perú el gusto por las rimas de dos cuartetas asonantadas y la afición al articulillo erizado de antítesis, concetti y calembours, quiere decir, entramo en plena literatura frívola"
En mi humilde opinión la imitación es un pobre recurso de algunos autores, pero también debemos entender que no hay obra completamente original, los estilos y corrientes son inevitables, y acaso el nacimiento de una nuevo estilo responde a diversos factores que aún en las culturas más ricas es difícil de propiciar. Algunas responden al azar o a una serie de confluencias difíciles de entender y vaticinar.
A mi parecer más importantes son las ideas y las acusaciones que realizan los autores en sus distintas manifestaciones que la búsqueda de un estilo propio, original, nuevo y decoroso. Pero vale escuchar las opiniones de nuestro genial ensayista quien nos muestra con su singular rebeldía, la mirada acusiosa que acaso no todos podemos notar.

lunes, 15 de marzo de 2010

Algunas citas de Rosario Castellanos

Hasta aquí mis apuntes sobre el maravilloso poemario: Poesía no eres tú, de Rosario Castellanos, ahora me embarco en una nueva lectura, pero antes quería dejar aquí algunos versos y frases que me impactaron, no solo por su belleza sino por su elocuencia y sonoridad:
"Sabed que la esperanza nos traiciona y que es la compañera de la muerte."
Excelente visión de la desesperanza.
"Porque habías de venir a quebrantar mis huesos, mis huesos, a tu anuncio, se quebrantaban."
Un anuncio que más suena a destino terrible.
"Eres lo que se mueve, el ansia que camina, la luz desenvolviéndose, la voz que se desata."
En resumén eres un ser humano.
"Lo que mi oído toca se convierte en silencio."
Este verso me impactó y lo estoy usando como epígrafe para uno de mis poemas.
"La soledad ocupa los sillones y revuelve las sábanas del lecho y abre el libro en la página donde está escrito el nombre de mi duelo"
Una soledad poco esperada, me gusta la metáfora, la soledad como agitadora infranqueable.
"No te despidas nunca, porque el mundo es redondo y perfecto."
No hay verdad más universal que ésta. Por eso hay que evitar las despedidas, y renovar las pausas.
"No estás solo y aparte. Tú le dueles a Dios; el universo se hace pequeño sin ti; se hace ciego, borracho. Y loco."
¿A cuántos les hizo recordar la canción de Enanitos Verdes, lamento boliviano? ¿A cuántos no se les vino a la cabeza John Donne: "Ningún hombre es una isla..." quizá hubiera sido éste un perfecto epígrafe para el poema que compone estos versos.
"Cada día amanece y el mundo es nuevamente devorado."
Excelente resumen de la cotidianeidad humana.
"Me arrebataron la razón del mundo y me dijeron: gasta tus años componiendo este rompecabezas sin sentidio."
Cuando lo leí me quedé impactado. Cuánto se puede indentificar uno con las lecturas, sin duda el verso me hizo sentir cierta conexión con la autora, porque a buena cuenta quiero gastar mis años en una tarea igual del infértil.
"Para el amor no hay tregua, amor. La noche no se vuelve, de pronto, respirable.
Sabiduría del amor.
"La sordera no es lo que hace al silencio. Lo que hace al silencio es la mudez."
Una obviedad que a veces es bueno tener presente.
"Porque sin palabra nadie es el hombre, nada distinto de la piedra."
En ésto no estoy muy de acuerdo, pero vale la pena repasarlo. Por cierto que aquí se nota un profundo nexo con el poeta Jan Skácel, apodado "el poeta del silencio" sobre todo su frase: Quisiera saber callar de tan bella manera como las piedras". Hay en el silencio un atractivo demonio para los poetas.
"Ignoro el santo y seña de los que hablan."
Y más sobre el silencio, por cierto que aquí si le doy absoluta razón, yo también suelo ignorarlo.
"El himen desgarrado fue la hazaña."
Inusual forma de describir un defloramiento.
"Cuando yo muera dadme la muerte que me falta."
Es que en vida, uno ha muerto tantas veces...
"Yo también estoy colmado de un dios, estoy lleno de ignorancia y de genio."
No sé ustedes pero a mi me pareció releer los Dados Eternos de César Vallejo.
Una cosa que he visto en Rosario, y que no es muy recurrente en otros autores es su uso continuo de las comas, para algunos les parecerá un abuso, un derroche insensato que más que ayudar, entorpece la literalidad del texto; pero para mí, su uso es acaso para insertar pausas y darle cierto dramatismo al verso... después de todo, en la poesía, las comas, también siven para eso; sobre todo en verso libre.
Aquí termina todo cuanto Poesía no eres tú, y comienzo una nueva lectura.

Canción (Rosario Castellanos)

Yo conocí una paloma
con las dos alas cortadas;
andaba torpe, sin cielo,
en la tierra, desterrada.

La tenía en mi regazo
y no supe darle nada.
Ni amor, ni piedad, ni el nudo
que pudiera estrangularla.

*Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú
Materia memorable

Una muestra en escencia, del increíble mundo de Rosario, lleno de figuras y un manejo del idioma para expresar, en buena cuenta, esa visión tan fuerte y a veces desesperanzada.

domingo, 14 de marzo de 2010

Himno (Rosario Castellanos)

Después de todo, amigos,
esta vida no puede llamarse desdichada.
En lo que a mi concierne, por ejemplo,
recibí en proporción justa, a la hora exacta
y en el lugar preciso y por la mano
que debe dar, las dádivas.

Así tuve muertos en la tumba,
el amor en la entraña,
el trabajo en las manos y lo demás, los otros,
a prudente distancia
para charlar con ellos, como vecina afable
acomodada en la barda.

Y recreos. Domingos enteros en la playa,
arboledas anónimas y amigas,
manantiales ocultos que cantaban,
libros que se abrieron de par en par y bóvedas
maravillosamente despobladas.

Dioses a quienes venerar, demonios
tan hermosos que herían la mirada,
sueños para dormir asido al cuerpo ajeno
como hiedra de tactos y palabras
... y algún relámpago de medianoche
para alumbrar el orden de mi casa.


*Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú
Materia memorable

viernes, 12 de marzo de 2010

Privilegio del suicida (Rosario Castellanos)

El que se mata mata al que lo amaba.
Detiene el tiempo -el tiempo que es de todos
y no era sólo suyo-
en un instante: aquel en que alzó el vaso
colmado de veneno;
en que segó la yugular, en que
hendió con largos gritos el vacío.

Ah, la memoria atónita, sin nada más que un huésped;
la atención que regresa como un tábano
siempre hasta el mismo punto intraspasable
y la esperanza que amputó sus pies
para ya no tener que ir más allá.

Ay, el sobreviviente,
el que se pudre a plena luz, sepulcro
de par en par abierto,
paseante de hediondeces y gusanos,
presencia inerme ante los ojos fijos
del juez ¿y quién entonces
no osa empuñar la vara del castigo?

¡Condenación a vida!

(Mientras el otro, sin amarraduras,
alcanza la inocencia del agua, las escencias
simplísimas del aire
y, materia fundida en la materia
como el amante en brazos del amor,
se reconcilia con el universo.)

*Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú
En la tierra de en medio

Kinsey Report -2- (Rosario Castellanos)

Soltera, sí. Pero no virgen. Tuve
un primo a los trece años.

Él de catorce y no sabíamos nada.
Me asusté mucho, Fui con un doctor
que me dio algo y no hubo consecuencias.

Ahora soy mecanógrafa y algunas veces salgo
a pasear con amigos.
Al cine y a cenar. Y terminamos
la noche en un motel. Mi mamá no se entera.

Al principio me daba vergüenza, me humillaba
que los hombres me vieran de ese modo
después. Que me negaran
el derecho a negarme cuando no tenía ganas
porque me habían fichado como puta.

Y ni siquiera cobro. Y ni siquiera
puedo tener capricho en la cama.
Son todos unos tales. ¿Qué por qué lo hago?
Porqye me siento sola. O me fastidio.

Porque ¿no lo ve usted? estoy envejeciendo.
Ya perdí la esperanza de casarme
y prefiero una que otra cicatriz
a tener la memoria como un cofre vacío.

*Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú
Otros poemas

jueves, 11 de marzo de 2010

Ajedrez (Rosario Castellanos)

Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos,
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.

Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados, meditanto
encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que se aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.

*Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú
En la tierra de en medio

Fragmentos del poema Autorretrato, de Rosario Castellanos

Yo sé que no es de buen gusto diseccionar un poema ajeno para luego recomponerlo, en una suerte de Frankenstein poético.
Primero porque yo también escribo poemas, y de algún modo se pensaría que me molestara si algún día, alguien por ahí, se le ocurre la idea de desechar versos de alguno de los poemas que he publicado ya. Pero para ser sincero no me solidarizo con ello ya que probablemente el 80% de lo que he publicado ciertamente pueda desecharse sin mayor culpa, sin más ni menos.
Por eso aquí, me tomaré la libertad -acaso libertinaje- de extraer del delicioso poema de Rosario Castellanos, Autorretrato, algunos versos con fines meramente personales y no calificativos.
La finalidad es encajar aquellos versos que a continuación escribiré para encuadrarlos perfectamente en la descripción -acaso insuficiente- de una entrañable amiga Isabel García (Issa) quien nunca dejo de agradecer haberme accedido la obra poética de Rosario Castellanos, dos personas que tienen tanto en común, aparte de compartir la misma nacionalidad:
"Yo soy una señora. Gorda o flaca
según las pocisiones de los astros,
los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo...
Soy más o menos fea. Eso depende mucho
de la mano que aplica el maquillaje...
Amigas... hmmm... a veces, raras veces
y en muy pequeñas dosis...
En general, rehuyo los espejos.
Me dirán lo de siempre: que me visto muy mal
y que hago el ridículo
cuando pretendo coquetear con alguien...
Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
y, si apago la luz, pensando un rato
en musarañas y otros menesteres...
Sufro más bien por hábito, por herencia, por no
diferenciarme más de mis congéneres,
que por causas concretas..."
Y aunque pareciera que me refiero a ella sin afecto, es su sencillez la que halaga con su amistad. Isabel, nunca dejaré de agradecerte esa amistad que me das sin reparos, y esa voluntad constante para creer en mí, a pesar de mis tantísimos defectos.
Quizá fuera insuficiente este homenaje, y en efecto, lo es; porque amiga, para describir lo que significas para mí, habría que recurrir a toda la biblioteca de Alejandría, y aún así, quedarían pendientes todos mis afectos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Jornada de la soltera (Rosario Castellanos)

Da vergüenza estar sola. El día entero
arde un rubor terrible en su mejilla.
(Pero la otra mejilla está eclipsada.)

La soltera se afana en quehacer de ceniza,
en labores sin mérito y sin fruto;
y a la hora en que los deudos se congregan
alrededor del fuego, del relato,
se escucha el alarido
de una mujer que grita en un páramo inmenso
en el que cada peña, cada tronco
carcomido de incendios, cada rama
retorcida, es un juez
o es un testigo sin misericordia.

De noche la soltera
se tiende sobre el lecho de agonía.
Brota un sudor de angustia a humedecer las sábanas
y el vacío se puebla
de diálogos y hombres inventados.

Y la soltera aguarda, aguarda, aguarda.

Y no puede nacer en su hijo, en sus entrañas,
y no puede morir
en su cuerpo remoto, inexplorado,
planeta que el astrónomo calcula,
que existe aunque no ha visto.

Asomada a un cristal opaco la soltera
-astro extinguido- pinta con un lápiz
en sus labios la sangre que no tiene.

Y sonríe ante un amanecer sin nadie.


·Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú
Lívida luz

El Despojo (Rosario Castellanos)

Me arrebataron la razón del mundo
y me dijeron: gasta tus años componiendo
este rompecabezas sin sentido.

No hay más. Un acto es una estatua rota.
Una palabra es sólo
la imagen deformada en un espejo.

¿Qué vas a amar? ¿Un cuerpo que se pudre
-ese pantano lento en que te ahogas-
o un alma que no existe?

¿Qué puedes esperar? El tiempo es lo continuo
y si dices "mañana" mientres, pues dices "hoy".

Ni siquiera se muere. Algo muy leve cambia
y sigues, dura, en piedra; creciendo en vegetal
y otra vez despertando en lo que eras.

Otra vez. Otra vez.

Me dijeron: no busques. Nada se te ha perdido.

Y los vi desde lejos
Ocultar lo que roban y reír.

·Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925- Tel Aviv, 1974)
Del poemario Poesía no eres tú.
Lívida luz.