Queriendo un ratón pasar un río, pidió ayuda a una rana, la cual se la ofreció diciéndole que lo pasaría con mucho gusto. Pero ideando ahogarle, le dijo: Para que pases más seguramente, ata tu pierna a la mía. El ratón, creyendo sus palabras, dejóse atar con ella, y entrando en el río, al llegar al medio, comenzó la rana a meterse debajo del agua para ahogar al ratón, el cual se esforzaba cuanto podía para tenerse encima del agua. Estando ellos así luchando, vino un milano y arrebató con sus uñas al ratón que nadaba sobre el agua, llevando consigo a la rana que con él estaba atada, y así los despedazó y comió a entrambos.
Esta fábula da a entender que los que piensan mal, e intentan dañar a los otros, suelen a veces destruirse a sí mismos
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